Seguridad, ¿un factor humano?

Seguridad, ¿un factor humano?

Seguridad, ¿un factor humano?

Introducción
Hace algunos años, tuve la suerte de participar en uno de los proyectos de exploración petrolera (sísmica) más grandes en Sudamérica. El proyecto Camisea 3D en medio de la selva Peruana. En aquel entonces a demás de mis otras responsabilidades, también me ocupaba de las estadísticas de QHSE, el famoso reporte mensual corporativo y hacia el cliente, no te digo nada nuevo, seguramente ya pasaste por estos reportes.
Pero había algo que normalmente no mediamos y que recién habíamos comenzado a medir, el día y la hora del suceso.. Si lo se!!, siempre esta en el registro, pero creo que no le prestamos suficiente importancia a ese tema. Esta vez cuando estábamos estructurando el Data Book, con registros por muestreo de inspecciones, formaciones y toda esa documentación, un gráfico comenzó a llamar mi atención, talvez fue el color, la cantidad, no podría decirlo realmente, pero el dato mostraba que la mayoría de los sucesos/accidentes sucedían el día domingo, y con mayor ponderación en horas de la tarde.

Al principio, no le di mucha importancia, no pasaba de ser un “dato curioso”... Pero como esa espinita en el dedo, cada vez se volvía más molesto, y llegado cierto punto, me puse a revisar los reportes y, si bien no eran sucesos graves, resultaba curioso que hubiese tantos en ese día y la gran mayoría en la tarde.

Poco tiempo después identifique el porque. Todo gracias a un comentario. Un compañero dijo, algo así como “Pensar que normalmente el Domingo estaría cómodamente sentado en mi casa mirando una película”.

Fue como un golpe de realidad, todo cayo en su sitio. Por requisitos del cliente era necesario contratar 80% del personal que fuese de la zona, y claro son personas que no están habituadas al ritmo de trabajo de 30 días y 10 días de descanso. Están acostumbrados al ritmo tradicional, de lunes a viernes y fines de semana de descanso.

Propuse al jefe de grupo que se cambiase el tan esperado churrasco/asado del sábado al domingo en la tarde y, sorpresa se redujo en un 60% los incidentes.

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El Factor Humano y el Sistema
A menudo, cuando se produce un incidente, la reacción inmediata es señalar al trabajador involucrado como responsable. Sin embargo, enfocarse solo en el factor humano puede llevar a soluciones superficiales y temporales. Los sistemas de trabajo son complejos y están compuestos por múltiples elementos interconectados. Si los incidentes persisten, es probable que haya problemas más profundos. Solemos concebir los sistemas de forma cerrada, centrándonos en el proceso en sí, sin considerar que el ser humano es parte del mismo. A diferencia de las máquinas, los humanos somos influenciados por factores sociales, familiares y culturales que impactan nuestro desempeño.
Para abordar adecuadamente los incidentes de seguridad, es esencial utilizar datos precisos para monitorear tendencias. Sin embargo, a menudo pasamos por alto el factor humano. No somos un grupo homogéneo; nuestra conducta varía según nuestro contexto. Diseñar procesos sin considerar estas diferencias es como esperar que todos reaccionemos de la misma manera ante una misma situación.
Personalmente, valoro la sistematización y creo en la necesidad de implementar sistemas en las organizaciones. Sin embargo, es fundamental incluir la variabilidad del comportamiento humano dentro del sistema, no como un factor de error, sino como un elemento de mejora.

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Identificación de Patrones
Al analizar los datos de incidentes, es posible identificar patrones o tendencias recurrentes. No se trata solo de ver números, sino de entender lo que reflejan. Estos datos deben analizarse con el sistema que mejor se adapte a la situación, considerando no solo el trabajador, sino también el sistema, el proceso, la organización y su cultura. La empresa está formada por personas con perspectivas diversas, lo que influye tanto en sus fortalezas como en sus desafíos.
Si no cuentas con un Excel para manejar tus estadísticas, te proporciono uno en la sección de descargas, también puedes utilizar la plataforma en línea QHSEproTools con todas las herramientas que puedas imaginar. Para más información puedes enviarme un mensaje.
Si identificas un patrón, es momento de actuar. Un plan efectivo para gestionarlo debe incluir objetivos claros y medibles. No basta con decir "queremos reducir los incidentes", sino establecer metas concretas, como: "Reducir los incidentes en un 20%".

Establecer Objetivos Medibles
Alcanzar el objetivo no es lo más importante; lo esencial es saber si estamos en el camino correcto. Por ello, es clave definir objetivos claros y medibles. Si los resultados no son los esperados, es posible que no hayamos identificado la causa raíz correctamente.
El problema no siempre radica en los trabajadores, sino en el sistema. Esto no significa que haya que cambiarlo por completo, del mismo modo que la solución no es intentar modificar a las personas. La clave está en comprender el aspecto psicosocial y adaptar el sistema a las necesidades humanas, en lugar de forzar a las personas a ajustarse a un sistema rígido.
Ampliar el Análisis o el Método
Es natural inclinarnos hacia los métodos de análisis con los que nos sentimos cómodos. Sin embargo, no todos los métodos son adecuados para cada situación. Por ejemplo, el método de Pareto es excelente para producciones masivas, pero si el problema no está en la producción, su aplicación puede ser ineficaz.
Utilizar más de un método de análisis de causa raíz permite validar los hallazgos y obtener una imagen más precisa del problema. Además, realizar el análisis junto con las personas involucradas aporta perspectivas adicionales y enriquece la solución.

La Causa Raíz y la Causa Coadyuvante
No te enfoques solo en una causa raíz; considera también las causas coadyuvantes. Identificar una o dos causas adicionales y trabajar en ellas con objetivos propios te permitirá evaluar mejor si estás en el camino adecuado. Este enfoque mejora la comprensión del problema y facilita la toma de decisiones más efectivas.

Conclusión
El éxito en la gestión de seguridad no radica en culpar a los trabajadores ni en forzar un sistema rígido, sino en encontrar el equilibrio entre ambos. La seguridad es un proceso vivo que requiere adaptación y aprendizaje continuo. Comprender la interacción entre las personas y el sistema permite desarrollar estrategias más efectivas y sostenibles para la prevención de incidentes.

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